Cada autor aporta tres fotografías encuadradas en el género de calle, en obras de 50x70 cm., en ellas se refleja su actividad captada por la mirada de los fotógrafos que han intentado registrar las rebanadas del tiempo, el instante singular y en definitiva la acción humana en su existencia cotidiana.
La fotografía de calle ha sido fundamental a lo largo del siglo XX y en estos últimos años el género está alcanzando nuevas metas y creemos que nuestra Agrupación y nuestra ciudad no pueden dar la espalda a una realidad fotográfica tan importante.
La esencia de este género es hacer fotografía en la calle. Aunque es difícil definir este ya que sus códigos no son absolutos sino permeables y porosos. Creo que la definición más acertada es la de Alex Coghe que indica que “La fotografía de calle es, ciertamente, una instantánea de la vida urbana observada en su faceta cotidiana y que incluye todos sus aspectos: la ironía, la tragedia, la imprevisibilidad, la crueldad y hasta la belleza.” La intuición parece definir mejor qué es y qué no es la fotografía de calle; como dice Bruce Gilden: “Si se puede oler la calle al mirar una foto, es fotografía callejera.”
El fotógrafo de calle la hace porque busca encontrar una sorpresa, dar con una expresión a su propia curiosidad sobre la humanidad y lo que la gente construye.
“La esencia de la fotografía urbana está vinculada a la naturaleza imprevisible del ser humano, a su espontaneidad”
La fotografía de calle es una entremezcla de índices, signos, símbolos e íconos que se transfunden en el encuadre: un auténtico festín semiótico.
“…la fotografía urbana consiste en capturar la realidad que nos rodea: momentos espontáneos que podrían esfumarse en un visto y no visto”
El instante que es esa porción brevísima de tiempo, hace que la fotografía urbana se convierta en un conjunto de “rebanadas” espacio-temporales que, aunque parecen ser de la calle, realmente lo son de la vida. Es el testimonio de la humanidad en su faceta pública. La foto callejera es la de “…episodios cotidianos que marcan el ritmo de la existencia diaria y que reflejan fragmentos insólitos de la sociedad en la que vivimos.” Podría decirse que son fotos no posadas de personas sin que ocurra algo particularmente “importante”.
Pero como decía Henri Cartier Bresson el instante decisivo no es solo el tiempo sino el espacio que se plasma en la composición.
En definitiva la fotografía de calle refleja la humanidad, es un estudio de la condición humana que nos rodea a todos.
Con la misma emoción que ponemos en la toma de cada fotografía, hemos querido mostrar a la ciudad de Jaén nuestra percepción colectiva y si “Ser fotógrafo de calle significa estar en sintonía con la vida, percibir los estados de ánimo, los olores, los colores, vivirla con intensidad y luego tratar de representarla únicamente tras haberla absorbido”, esperamos haberlo conseguido y con esta exposición transmitirlo a todos ustedes.